Los estándares para la continuidad del negocio
Planear-Hacer-Verificar-Actuar (PHVA)
En cuanto a la reciente normalización ISO, tanto en los aspectos de “Continuidad del negocio” como de la “Preparación TIC para la continuidad del negocio”, ésta recoge las mejores prácticas y las normaliza con una serie de requisitos, facilitando una mejor gestión en ambos frentes, ya que está inmersa en los conocidos ciclos de mejora continua con los que ya estamos familiarizados planear, hacer, verificar y actuar (véase figura 1, página TBD).
En este sentido, las diez prácticas profesionales de la continuidad del negocio de DRI International, se reflejan en el marco de la Norma ISO 22301 “Continuidad del Negocio” (la cual forma parte de la familia de normas ISO relacionadas con “Seguridad Social”) de la manera “PHVA”:
Planear: Establecer la política, metas, objetivos, controles, procesos y procedimientos de continuidad del negocio.
Hacer: Implementar y operar las políticas, controles, procesos y procedimientos.
Verificar: Implementar un monitoreo y revisar el desempeño con relación a la política y los objetivos de continuidad del negocio, reportar resultados a la dirección y acción de mejoramiento.
Actuar: Mantener y mejorar el sistema de gestión de continuidad del negocio, tomando en cuenta las acciones correctivas, basadas en los resultados de las revisiones. Llevar a cabo la revalorización del objetivo del sistema y de la política y objetivos de continuidad.
Las mejores prácticas del DRI International
Por otro lado, y de manera complementaria a la guía BS 25777 “Gestión de la continuidad de la tecnología de información y telecomunicaciones”, la norma ISO/IEC 27031 con las “Guías para la preparación de TIC para la continuidad del negocio”, se enmarca dentro del ciclo de mejora continua PHVA y a las mejores prácticas de continuidad del negocio del DRI International, con elementos similares a los descritos arriba pero aplicados a TIC, de tal manera que esta guía gira en torno a los siguientes principios:
a) Prevención de incidentes: Protección de los servicios de TIC de las amenazas, tanto ambientales como fallas de hardware, errores operativos, ataques maliciosos, y desastres naturales. Es crítico mantener los niveles deseables de disponibilidad de los sistemas para una organización;
b) Detección de incidentes: Detectar los incidentes en el momento oportuno podrá minimizar el impacto a los servicios, reduciendo los esfuerzos necesarios de recuperación, y preservando la calidad del servicio;
c) Respuesta: Responder a un incidente de la manera más apropiada, dará lugar a una recuperación más eficiente y minimiza el tiempo de interrupción. Una mala reacción podría hacer que un incidente menor escale hacia una situación más seria;
d) Recuperación: La identificación e implementación de estrategias de respuesta apropiadas asegurarán la recuperación oportuna de los servicios y mantener la integridad de los datos. El entendimiento de las prioridades de recuperación definirá el que los servicios críticos sean recuperados primero. Los servicios de una naturaleza no críticos, serán reintegrados en un momento posterior;
e) Mejoramiento: Lecciones aprendidas, desde pequeños hasta grandes incidentes, deben ser documentadas, analizadas y revisadas. El entendimiento de estas lecciones permitirá a la organización estar mejor preparada, controlar y evitar incidentes e interrupciones.
El ciclo PHVA
Con un mayor detalle, la norma sigue el ciclo de mejoramiento de PHVA, de la siguiente manera:
Planear: A partir del “Análisis de impacto al negocio” de la organización, se definen los requerimientos de continuidad, la política, el entendimiento de los servicios críticos de tecnología y los requerimientos para la preparación, identificando las “brechas” actuales de preparación con que cuenta TIC.
A partir de estas, se formulan las estrategias, definiendo las habilidades y conocimientos necesarios, los recursos, la tecnología, los datos, los proveedores y los requerimientos de capacidad y desempeño “resiliente” requeridos.
Hacer: Se considera como la recopilación, mantenimiento e implementación del plan de preparación de TIC, dentro de lo cual se encuentran: los procesos, las estrategias, los planes de respuesta y recuperación, los programas de concientización, competencia y entrenamiento así como el control de documentos relacionados.
Verificar: Es el monitoreo y revisión continuos, para los cuales se consideran el análisis de amenazas, la medición del desempeño de preparación de TIC, las revisiones anuales, tanto de pruebas y ejercicios como de las auditorías internas y externas.
Actuar: Consiste en la revisión por la dirección y el mejoramiento del plan de preparación de TIC.
En conclusión, es importante contar con estándares y esquemas de medición que nos permitan identificar la posición en que se encuentra la organización, pero el gran riesgo es confiar en que solo la teoría y la documentación nos brinda protección y confiabilidad sin mantener el control en un evento de catástrofe, es en este sentido importante, resaltar que para contar con una exitosa preparación ante desastres, las pruebas y ejercicios se convierten en un elemento fundamental de las estrategias y arquitecturas tanto de TIC como operativas; las cuales deben ser realizadas de manera programada y constante, ya que nos permiten desarrollar confianza en nuestras capacidades de reacción, así como fortalecer las habilidades y experiencia de los equipos de encargados de la continuidad. Estas pruebas y ejercicios se deben hacer tanto de “escritorio” como “simuladas”, con escenarios de fallas totales o parciales de todos y cada uno de los recursos críticos para el negocio.
Es importante superar el temor que nos representa “simular” una falla o crisis, mediante la preparación de todas las áreas, no solo de tecnología, sino también de las áreas operativas, ante la posibilidad de una falla severa a nivel de la provisión de recursos (personal clave, infraestructura, potencia, ambiente, tecnología, etc.), todo esto orientado al final, a minimizar la “incertidumbre” y conocer las propias vulnerabilidades, trabajar en ellas y aumentar la capacidad de “resiliencia” para la organización como un todo y así garantizar una real “continuidad del negocio”.
Sandra Patricia Camacho Bonilla tiene más de quince años de experiencia en las áreas de continuidad del negocio, gestión de riesgos y manejo de estándares y políticas de tecnología. Desde hace siete años es la directora de la unidad de soporte y continuidad de tecnología del Banco de la República de Colombia (Banco Central de Colombia). Es especialista en “business impact analysis” y “emergency management and safety solutions”. Entre sus experiencias ha liderado acciones de planeación, respuesta y recuperación de operaciones en diversos escenarios de contingencia en el sector financiero, implementación, control y seguimiento de centros de datos alternos remotos. Líder de los procesos de certificación de calidad ISO 9001 y auditor ISO 27001 para el área de tecnología del Banco de la República de Colombia.
Es certificada en CBCP por el DRI International desde 2001 en Boston, MA, EEUU, ITIL versión 3, Auditor ISO 27001 e ISO 9001 y PMP por el PMI desde el 2005. Ingeniería y Maestría en Sistemas y Computación de la Universidad de Los Andes. Ha sido docente académica de la Universidad de Los Andes, Universidad Javeriana y Universidad Piloto de Colombia así como conferencista en eventos de seguridad informática y continuidad. Puede ser contactada en scamacbo@banrep.gov.co